El primer año que impartí clases de traducción jurídica y económica en la Universidad Pablo de Olavide, recuerdo que algunos alumnos de último año tenían alguna duda sobre la diferencia que existía entre algunos servicios y especialidades de la traducción.
Una de las preguntas que más dudas suscitaba era cuál era la diferencia entre traducción jurídica y traducción jurada.
Si alguno de los futuros profesionales tenía dudas al respecto, entiendo que cualquier cliente profesional o particular también tenga dificultades para determinar el servicio lingüístico que necesita y cómo solicitar información al respecto a su traductor profesional de cabecera.
Esta vez, por tanto, vamos a tratar de aclarar algunos conceptos sobre servicios lingüísticos y especialidades que generan confusión y, vamos a presentar los que vienen a ser los servicios básicos que presta un traductor profesional.
1. Servicio de traducción SIMPLE
La traducción simple es aquella traducción de documentos que no requiere ningún trámite oficial para su validación. Se trata del servicio más común y básico que prestamos los traductores. Los clientes de este servicio suelen ser empresas y agencias de traducción.
En cuanto a la especialidad de una traducción simple, esta puede enmarcarse en muy numerosas especialidades, tantas como campos de conocimiento se nos puedan ocurrir: jurídica, económica, comercial, de marketing, técnica; o la cristalografía de los gases, numismática, el estilo gótico flamígero, etc.
Por tanto, si un cliente necesita traducir su catálogo de retroexcavadoras, el servicio que habrá de solicitar será una traducción simple de especialidad técnica y comercial.
2. Servicio de traducción JURADA
La traducción jurada también recibe el nombre de traducción oficial o certificada. En España la traducción jurada es una traducción en la que un traductor jurado nombrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación certifica que la traducción que ha realizado es una “traducción fiel y auténtica” del documento original.
Los clientes de este servicio suelen ser clientes profesionales, por ejemplo, empresas que solicitan traducciones juradas de sus escrituras de constitución, pero también clientes particulares, que desean traducir documentos personales, sobre todo, para trámites ante la administración pública. En este último caso, es típica la traducción jurada de certificados o títulos académicos o documentos judiciales, entre otros.
De nuevo, la especialidad dentro de la traducción jurada puede ser muy variopinta: se pueden traducir desde instrucciones de funcionamiento de un motor con un gran componente técnico hasta resultados de ensayos clínicos, que entraría dentro de la especialidad de traducción médica, pasando por una carta de suicidio en un proceso judicial en un juzgado de instrucción.
En el caso de que un cliente requiera traducir un certificado laboral para acreditar el tiempo trabajado en Inglaterra en una bolsa de empleo público en España, necesitará una traducción jurada de dicho documento de especialidad jurídico-administrativa.
3. Servicio de revisión bilingüe/monolingüe
Este servicio consiste principalmente en revisar o examinar la traducción ya realizada y cotejarla con su original (revisión bilingüe) o solo revisar la versión traducida (monolingüe).
Cuando hablamos de revisión son varios los factores que hay que analizar: estilo, ortografía, formato, terminología, etc.
Los clientes de este servicio suelen ser proveedores de servicios lingüísticos (agencias de traducción) para cumplir con la ISO 17100 que obliga a que la traducción y la revisión de un mismo texto se desarrolle por parte de dos profesionales distintos.
Cuando el servicio de revisión se hace sobre un texto que se ha traducido usando motores de inteligencia artificial, este servicio recibe el nombre de posedición.
Espero haberos ayudado a distinguir los principales servicios lingüísticos que ofrecemos los traductores profesionales. Si estáis interesados en recibir más información sobre cualquiera de ellos, no dudéis en poneros en contacto conmigo